Despacio, que voy con prisa
Escrito por Alejandro Amador |
Viernes 27 de Abril de 2012 00:00 |
Mediante el atropello y mediante la fuerza, no se generará nada bueno. El único fruto que el atropello y la fuerza lograron con el Plan Fiscal fue su caída. Sólo mediante los consensos se logra avanzar.Los adjetivos hirientes y provocadores de división utilizados en repetidas ocasiones por quienes impulsaban la reforma -exministros y diputados de más de una bancada-, poco logran. ¡Se puede más con miel que con un garrote! Cuando una moción se juzga no por su contenido sino por sus firmas, ¿a dónde vamos a parar? En el proceso de la Reforma Fiscal, muchas mociones buenas –propositivas- fueron rechazadas una a una sin siquiera revisar su contenido. Mociones cuyo único “pecado” consistió en ser firmadas por voces que fueron calladas a garrotazos. Nunca me había interesado la política, pero por esos giros que da la vida, de pronto me vi inmerso en ella y con un año de laborar en los pasillos legislativos me bastó para descubrir que el gran pecado en la política es el egocentrismo; muchos dirían que descubrí el agua tibia. Este pecado se ejemplifica con la tan discutida reforma fiscal, donde por no dar el brazo a torcer -por no dar la reforma a torcer-, se terminó por quebrar. Durante todo el proceso legislativo, el ejecutivo se mantuvo inexpugnable desde su torre de marfil. Mantuvo su posición de manera estoica. Pero esto sólo llevó al fracaso de la reforma fiscal. Sin humildad, no se puede entrar a la mesa del diálogo. Es cierto que alcanzar consenso entre 57 curules es una tarea de magnitud semejante a los trabajos de Hércules, especialmente ahora que el bipartidismo parece ser un lejano recuerdo y que la tónica se la conformación de alianzas entre fracciones tan ideológicamente opuestas (sean estas alianzas para el control del directorio legislativo o para impulsar una reforma fiscal). Aún así, yo tengo esperanza. Yo he visto la forma en la que Liberación Nacional, Acción Ciudadana, Movimiento Libertario y la Unidad Social Cristiana han logrado consensuar en la comisión de asuntos económicos. He visto la forma en la que han avanzado los proyectos dejando de lado -o al menos manteniendo en niveles bajos de buen gusto- los tintes políticos. He visto la sorpresa externada en distintas ocasiones por personeros de entidades públicas como el Ministerio de Hacienda y el Banco Central cuando observan la manera en la que se trabaja en esta comisión. Un trabajo técnico y objetivo cuya arma secreta ha sido una sola: el consenso. Dicen que Napoleón una vez dijo: “Despacio, que voy de prisa”. También he escuchado decir que “no hay que dejar que lo perfecto sea enemigo de lo posible”. Me parece que ambas frases se complementan. Hay que dejar el ego atrás. Lo que yo creo que es perfecto puede no serlo para mi vecino. ¡Y viceversa! Si ambos entendemos esto, entenderemos que debemos encontrar espacios comunes de diálogo para buscar el consenso. Especialmente si el tema es tan trascendental para el país como lo es una reforma tributaria, entenderemos que hay tanta prisa, que es mejor ir despacio. No hay nada más difícil que aprender a ceder. Pero sólo si todos logramos ceder un poco… sólo entonces lograremos una Costa Rica mejor. |
Hola! Veo que tomaste mi articulo de opinión para compartirlo por acá. Que dicha que te gustó!
ResponderEliminar