“Esto no es de ahora, la gente no tiene conciencia y realiza este tipo de práctica tan cruel, y vende estos animalitos, los cuales terminan muchas veces en centros de rescate”, expresó José Joaquín Calvo, Coordinador del Programa Nacional de Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET).
Sin embargo, esta situación no solo está sucediendo con los monos sino también los osos perezosos, que son blanco de estas personas que se aprovechan de su belleza y atractivo para los extranjeros.
“Con la llegada de cruceros, los muchachos con tal de ganarse algo para usarlo posiblemente para comprar droga, matan a la madre o la bajan y la dejan tirada por ahí, quitándole a su bebé” explicó Calvo.
Después de capturar a la cría, estas personas se acercan a la zona de cruceros en donde las personas que desembarcan en el puerto les ofrecen entre $10 y $15 para tomarse una fotografía con el perezoso. Además, venden las crías de monos y perezosos en sumas que van desde los 5 mil colones.
“Desgraciadamente la policía, que es la que nos tiene que ayudar, no cuenta con los funcionarios necesarios para estar en cada lugar; muchas veces se realizan decomisos, pero simplemente se les quita el animal, sin embargo no se procede a hacer ninguna denuncia” dijo el Coordinador de Vida Silvestre.
Una de las principales zonas en donde se da esta práctica tan cruel es en la ruta entre Limón y Cahuita.
Según Calvo, muchas veces los mismos guías turísticos saben y contribuyen con esta práctica, ya que “mientras más contento quede el extranjero más propina les dan”, además agregó que éstos propician la práctica ya que si no se detuvieran en esa zona, “los cazadores o muchachos sabrían que no les va a generar ningún recurso”.
Por su parte, con respecto a los monos, éstos son adquiridos por nacionales y extranjeros que radican en el país, alegando que los compraron para evitar que el animal muera.
Calvo mencionó que incluso hace alrededor de dos años un señor pagó 50 mil colones por un puma cachorro, y cuando fue interceptado por las autoridades alegó que lo había comprado para entregárselo al refugio “porque temía por la salud del animal”.
Sobre las acciones a tomar para evitar este tipo de prácticas, Rodríguez mencionó que la única forma es que las personas denuncien esta situación, sin ningún temor, ya que la denuncia se mantendrá como anónima.
Por su parte Danilo Loría, coordinador del programa de fauna silvestre de Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) manifestó que no tienen ninguna denuncia sobre estas acciones, pero que sí conocen de esta práctica.
“Esta es una práctica que se desarrolla desde hace mucho tiempo y el MINAET no le ha podido poner control porque muy complicado” explicó Loría.
“Para que SENASA actúe debe de haber una denuncia de por medio, pero el encargado de este tema sería el MINAET tal y como está estipulado en su legislación. SENASA actúa en centros autorizados de cautiverio”, finalizó el Coordinador del Programa de Fauna Silvestre.
José Joaquín Calvo advirtió que quienes adquieren esos animales piensan que se van a comportar como mascotas “mansas”, tal y como lo hacen mientras son pequeños. Sin embargo cuando crecen y llegan a la etapa de la adolescencia “se vuelven violentos y pueden atacar a las personas, ya que no son animales domésticos”.
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