| A FONDO |
| Escrito por Jose A. Cabezas |
| Martes 24 de Abril de 2012 00:00 |
 ¡Da lástima! A esta desigual pelea no puede atribuírsele el conocido refrán de “tigre suelto contra burro amarrado”. Es peor. Estamos hablando de los golpes que le dan al gobierno. Este, no tiene agallas, ni estrategia, ni inteligencia para defenderse. Lo peor es que no tiene ni un partido político que lo respalde. Un gobierno en tales condiciones es una antítesis de una democracia, pues si esta debe basarse en el juego de pesos y contrapesos, más o menos iguales, para no convertirse en una dictadura, cualquier sistema se convierte en despótico o caótico cuando solamente hay un frente armado.** Han sido descubiertos actos corruptos en la Administración Chinchilla que significan goles en contra, pero hay otros tiros al marco que si bien pasan cerca, los están haciendo aparentar como goles. Por ejemplo, en una Costa Rica en donde hasta hace veinte años todos éramos vecinos e íbamos a la misma universidad, coincidíamos en los mismos bailes y trabajábamos en las pocas instituciones que existían, es imposible localizar a un funcionario público de edad madura, que no tenga que compartir o contratar con gente que le ha sido cercana en lo social o en lo laboral. Y si alguien tiene que ejercer un cargo, ha de rodearse de gente preparada y honesta, claro, pero también de su confianza. Si no, ¿cómo pedir eficiencia? ** El “dar un jalón de orejas” o “vamos a conversar”, no son respuestas, sino balbuceos ofensivos de una presidenta anémica de ideas. Preferimos la estúpida “tarjeta roja” de don Abel Pacheco, que tanto criticamos. Por otra parte, no hay un José Figueres, un Luis Alberto Monge, un Daniel Oduber, un Alberto Faith, o diez más, capaces de ponerle un pecho blindado a las balas desde un partido oficial, patio trasero de un gobierno. Las caras que hoy hay en él, como don Rodrigo Arias o su mismo hermano Óscar, mejor que ni aparezcan porque empañan más la imagen. |
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