¿Que son los Estudios Sociales?

¿Que son los Estudios Sociales?

Los Estudios Sociales son una asignatura que integra la Historia y la Geografía; como eje central hace posible la comprensión de los seres humanos en sociedad y de los procesos históricos, sociales, políticos, económicos y ambientales propios del medio en el que el estudiante se desenvuelve en procura del desarrollo de una visión del mundo cada vez más global, independiente y dinámica (SIMED 1996, p.11). Por ello, en el proceso de enseñanza, el docente debe tener un papel de mediador en la construcción del aprendizaje; debe propiciar experiencias significativas que le permitan al educando adquirir conocimientos, asumir valores, desarrollar habilidades y destrezas; y sobre todo, desarrollar su sentido crítico.

jueves, 26 de abril de 2012


EL FINANCIERO

Las cartas de Laura Chinchilla

El colapso del plan fiscal ante la Sala IV obliga a la Presidenta a repasar las alternativas ante el déficit

* Colaboró con esta información el periodista Gerardo Ruiz.

La presidenta Laura Chinchilla apostó todo su segundo año a una carta, y perdió: el plan fiscal. El colapso del proyecto por vicios de trámite en la Sala Constitucional la dejó sin recursos para paliar el déficit. Pero todavía tiene tiempo y opciones para reponerse. ¿Cuáles son las cartas que podría barajar la Presidenta?
No tiene que apostar todo a una sola carta o recurrir a un as bajo la manga. De hecho, tiene varias alternativas, que van desde tratar de resucitar el plan fiscal, a enterrarlo y buscar otras opciones.
Tampoco está a las puertas de la catástrofe. Experiencias anteriores, como la de Abel Pacheco (2002-2006), evidencian que a pesar de discursos apocalípticos elaborados para impulsar la reforma fiscal, todavía hay vida luego de que un plan fiscal muere.
“En corto plazo, no es todavía una situación de supervivencia”, comentó el economista José Luis Arce. Con él, coincide Rudolf Lücke, quien considera que el crecimiento inmediato no se verá afectado, siempre que el Gobierno no incremente sus tasas de captación y afecte demasiado la tasa básica pasiva o de mercado.
Se trata principalmente de decisiones sobre el crecimiento a futuro. La amenaza de un déficit que supere los niveles del 4% afectaría crecimiento y sostenibilidad.
La situación es complicada, pero todavía manejable. Chinchila debe revisar sus naipes, las cifras macroeconómicas y fiscales, el entorno internacional e incluso las alianzas políticas, para tratar de lograr una mano ganadora.
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Recuento de daños
Lo primero es realizar un balance de las pérdidas que dejó esta partida y de las fichas que dispone para los dos años que restan.
No solo perdió un año legislativo. El entorno en la Asamblea muestra un gran desgaste, producto de concentrar las energías en el proyecto de “Solidaridad Tributaria”.
Adicionalmente, el principal aliado en esta cruzada no fue el PAC, sino Ottón Solís, quien luce debilitado tras llevar al partido a apoyar el aumento en la carga tributaria y lucir más como aliado que como oposición.
Con una bancada que anunció que mantendrá el apoyo a la Alianza por Costa Rica que tanto disgusta a Solís, se complica el movimiento para Zapote.
Las opciones de tratar de recuperar el control del Directorio existen, pero los mismos diputados del PLN, como Fabio Molina y Luis Gerardo Villanueva, se declaran pesimistas en este campo.
En cualquier caso, sea que decida revivir el plan, variarlo por uno diferente o incluso partirlo en proyectos más chicos, es claro que podría tener que enfrentar un entorno legislativo más confrontativo. La negociación deberá variar y ser más amplia y más prudente.
Partida aún bajo control
De cumplirse las expectativas de crecimiento de la economía previstas por el Banco Central, el dinamismo serían del 3,8% (sin reforma fiscal) para este año, e incluso otros sectores mantienen proyecciones más optimistas que alcanzan a sobrepasar el 4%.
El economista Ronulfo Jiménez, de la Universidad de Costa Rica, recuerda que el programa macroeconómico del Banco Central esta realizado bajo el supuesto de que no existía plan fiscal y el escenario no es catastrófico.
De no afectarse las expectativas, la economía seguiría un rumbo favorable que ayudaría a incrementar la recaudación y alivianar la situación fiscal del Gobierno pero eso dependerá de las señales que dé la administración.
Desde una perspectiva más negativa, el gerente general del BAC San José, Gerardo Corrales, cree que el tiempo y la oportunidad perdida socavan la confianza del inversionista, lo cual unido a un contexto de tasas crecientes (si no se logran detener) y las expectativas de poca liquidez harán que se pospongan decisiones de inversión y que se afecte el crecimiento económico esperado hacia la baja. Las expectativas de menor crecimiento son del 3%.
Factores externos
En todo caso, aun cuando sea hábil con el manejo de sus cartas, habrá elementos que se saldrán de su control.
El país podrá recibir prontas noticias de una baja en la calificación de riesgo soberano otorgada por agencias internacionales.
A la fecha, el país mantiene un grado de inversión, según Moody’s, Baa3, nota recibida desde setiembre del 2010, pero la firma enlistó tareas pendientes necesarias para mantenerla; entre ellas, la aprobación de la reforma fiscal. Al no haberla a corto plazo, es esperable una consecuencia casi inmediata que afectaría el clima de inversión a nivel nacional e interancional. Otras calificadoras como Fitch Ratings y Standard and Poor’s mantienen para Costa Rica una calificación de grado especulativo (BB+) que también podría bajar.
Sin embargo, para el economista Luis Mesalles, estas calificadoras ven el largo plazo, por lo que esperarán a ver señales de un posible plan B por parte del Gobierno y valorar si con ese plan se pueda solventar la situación fiscal de largo plazo.
Además, hoy las agencias tienen un criterio sobre el déficit fiscal más sopesado (debido a la situación de deuda de las potencias tras la crisis), algo que podría jugar a favor de que se mantenga la calificación de riesgo soberano de Costa Rica.
A esto se agrega el aspecto clave de la recuperación económica internacional. Al ser una economía pequeña, Costa Rica depende en gran parte del entorno externo, que en el periodo de Pacheco permitió un gran respiro, porque aún no estallaba la crisis. Y aunque hay señales de reactivación mundial, es un campo con muchos nublados todavía.
Tiempo de decisiones
En todo caso, Chinchilla tiene la opción de enderezar su partida. Deberá enfrentar un entorno más complicado con fuegos electorales que despiertan, y un gobierno con menos tiempo para ofrecer resultados.
Empero, ya no se tiene que aferrar a una sola carta. Recurrir a varias alternativas puede resultar más complicado y ofrecer menos recursos que ir por un as ganador, pero en este caso, es tiempo de realidades.
Emitir eurobonos
Gobierno podría conseguir hasta $700 millones en mercado internacional:Acelerar la discusión y aprobación del proyecto de ley 18.042 para le emisión de títulos valores en el mercado internacional. Con esta iniciativa, el Ejecutivo podría conseguir recursos por hasta $700 millones, lo que aliviaría sus necesidades. Es una iniciativa que ya está adelantada, pues fue aprobada en febrero pasado por la Comisión de Asuntos Económicos y solo restaría su discusión en el Plenario legislativo.Sin embargo, la emisión de deuda se vería castigada si el país recibe una baja en la calificación de riesgo soberano, lo que obligaría a Hacienda a pagar una tasa más alta de aproximadamente unos 50 puntos base de más.Para Silvia Durán, agente de Bolsa de INS Valores, el castigo no sería tan elevado. Históricamente, los eurobonos costarricenses se cotizan por encima de los del Tesoro de Estados Unidos entre 260 y 300 puntos base. Con una rebaja en la calificación las expectativas es que se coticen entre 325 y 350 puntos base. En el contexto de América Latina, Costa Rica es un país en el rango de los de riesgo medio junto con economías como la de Uruguay, Colombia, Perú y Panamá.
Bajar tasas de interés
Abaratar el endeudamiento local:Bajar los rendimientos de la deuda que coloca el Ministerio de Hacienda en el mercado local sería una media que abarataría el endeudamiento del Gobierno. Para hacerlo, el mercado debería percibir que Hacienda tiene el problema del déficit bajo control y que no saldrá al mercado en actitud desesperada a buscar recursos. Las señales de calma que emita el Ministerio de Hacienda tenderían a frenar la subida de tasas que se ha presentado desde mediados del año pasado. La Tasa Básica Pasiva (promedio de todas las tasas pasivas a seis meses) ha aumentado 1,25 puntos porcentuales del cierre del 2011 a la fecha. Para los participantes del mercado, es más probable que las tasas se mantengan sin subir a que bajen, pero todo dependerá de lo que suceda en el corto plazo en el mercado nacional. Para el economista Walter Chinchilla, de la firma Pymeconomía, el Ministerio de Hacienda deberá seguir los pasos que marque el Banco Central en sus subastas y guindarse de esos resultados para asignar los precios de sus colocaciones. De provocarse, un movimiento al alza en las tasas de interés eso encarecería el precio del crédito al sector privado y se provocaría un efecto recesivo.
Póker en el Directorio
Replantear las alianzasEl tropiezo del plan fiscal obliga a replantear el entorno legislativo.El Gobierno puede procurar una alianza con el PAC para tratar de rescatar el plan, alegando que una Presidencia del Libertario dificultaría maniobras en ese sentido. Sin embargo, politólogos como Francisco Barahona lo consideran improbable. “El PAC se construyó con base en la ética y cumplir la palabra. Sería aniquilar el partido” Además, Ottón Solís luce debilitado luego de este descalabro.Empero, las fracturas hacen que el terreno sea impredecible. Manrique Oviedo, del PAC, afirmó que no han analizado la posibilidad de aliarse con el gobierno, aunque aseguró que no renunciarán a la reforma fiscal, y reconoció que hay diferencias internas en torno al 1 de mayo.Si se mantiene la Alianza opositora, se reducen los espacios para el gobierno, que deberá procurar un nuevo estilo de negociación. Tendría enfrente a una oposición que quiere marcar la cancha y apartarse de Zapote, con el inicio de los fuegos electorales.Empero, la designación de Fabio Molina, como jefe de fracción del PLN, sugiere que el oficialismo también buscará un estilo más confrontativo, lo que genera incertidumbre sobre este tema.
Insistir en la reforma
Volver a barajar la misma reformaEl Plan naufragó por problemas de trámite, no por aspectos de fondo... todavía. Eso implica que Zapote podría volver a impulsar el acuerdo, que regresaría a la etapa de comisión.Es una apuesta arriesgada. La última versión del plan requirió de siete meses desde este punto, y con un enorme desgaste de los diputados y el sacrificio de otras iniciativas en Plenario.Se deberían volver a tramitar miles de mociones, pero con un procedimiento más prudente para volver a incurrir en vicios de procedimiento, y con un entorno más conflictivo: si el PAC mantiene la promesa de votar por Danilo Cubero, la Presidencia legislativa estaría en manos de un feroz opositor al Plan. Y tampoco se debe olvidar que el gran aliado del PLN, el PAC, muestra fisuras en la materia y ya tuvo que pagar unalto precio.Además, al final, se debería hacer un gran sacrificio, para volver a girar la ruleta de la Sala IV, que se reservó analizar aspectos de fondo del proyecto.Por ello, diversos actores como Juan Carlos Mendoza o Luis Fishman consideran muerto el proyecto. Los más optimistas, como Luis Gerardo Villanueva, del PLN, lo colocan en situación de paro respiratorio.
Ingreso y gasto
Más herramientas para controlar la evasión, tijeras en presupuestos:El Gobierno puede recurrir a proyectos de ley que buscan fortalecer la administración tributaria como la “Ley de Fortalecimiento de la Gestión Tributaria”, la “Ley de Cumplimiento de Transparencia Fiscal”, y el “Convenio Multilateral de Cooperación en Asuntos Tributarios”, para combinarlo con una propuesta para racionalizar el gasto público. k Vea nota aparte: “Zapote acelera otra agenda fiscal”.Es una carta que tuvo que jugar la administración de Abel Pacheco cuando se quedó sin reforma fiscal. Sin embargo, es limitada, porque pensar en reducir una inversión que ya era considerada por economistas como escasa, o la posibilidad de recortes y congelamientos en plazas,tendrá secuelas en el funcionamiento del Estado, la calidad de los servicios y el empleo.Por ello, pareciera que buscar el aumento de ingresos, vía ataque a la evasión, podría ser la mejor alternativa en esta materia. Empero, implica buscar recursos para la administración, lo que a su vez aumentaría el hueco fiscal.Sin embargo, ayudaría a reducir el desprestigio que se generó con los escándalos que llevaroron a la caída de jerarcas en Hacienda.
Apostar por invertir
Destinar lo previsto e incluso aumentar la inversión en infraestructura:No sacrificar la inversión de capital y, por el contrario, aumentar los recursos destinados a ello. Para el expresidente del Banco Central Francisco de Paula Gutiérrez, reducir el gasto en inversiones no es una opción apropiada en este momento y afirma que el esfuerzo de contención debe realizarse por el lado del gasto corriente. El mantener abierta la llave para la obra pública mantendría dinámica la economía y si el Gobierno por el contrario decide reducir más la inversión pública para bajar el déficit, habría un efecto recesivo sobre crecimiento de la economía. De cumplirse lo establecido por el presupuesto nacional para el 2012, los gastos de capital deberán ser en total ¢1,2 billones, un monto que ya es menor al de años anteriores, algo sobre lo que la Contraloría había llamado la atención. El Gobierno, además, no tendría justificación para reducir los montos de inversión de capital debido a que ya cuenta con recursos provenientes de concesiones o préstamos internacionales para tal fin. El pronóstico de crecimiento del Banco Central para el 2012 es de un 3,8% sin plan fiscal.
Administrar déficit alto
La contracción del gasto no tendría efecto en el corto plazo.Aunque una actitud de extrema prudencia será inevitable para el Gobierno. La administración Chinchilla tendrá obligatoriamente que demostrar ser cuidadoso en el gasto y hacer esfuerzos por reducir el gasto corriente. Hay criterios de muchos sobre que el Ejecutivo sí puede racionalizar gastos en muchas instituciones publicas, utilizar superávit y hacer más eficiente y eficaz el gasto. Otras voces como la de Fernando Rodríguez, del Programa de Estudios Fiscales de la Universidad Nacional, quien considera que los espacios de reducción de gasto son pequeños y que, además, la evasión es un fenómeno complejo, cuya reducción verá sus frutos en el muy largo plazo, y que también se requiere de ajustes importantes en la legislación. Frente a ambas posiciones lo cierto es que los esfuerzos de contención del gasto no tendrán efectos inmediatos, pero la señal que envíe el Gobierno en este sentido será importante para lograr un ambiente de mayor calma y disposición nacional para aceptar una nueva discusión fiscal. Al cierre del año, se preve que el déficit fiscal sea de un 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB), cifra alta pero manejable.
Otro plan de impuestos
Defender un plan B de impuestosque de lograrse sería un proyecto más simple que suponga un esfuerzo de diálogo con las fuerzas políticas en la Asamblea Legislativa y los principales grupos de la sociedad.Además, un plan más pequeño, con menos artículos, reduce la posibilidad de que se le bombardee con mociones.Se podría bajar la apuesta, para no tratar de obtener el 2% del PIB, sino un monto menor, a cambio de eliminar algunos componentes polémicos.Y también existe la alternativa, que se barajó en la pasada administración de Óscar Arias, de dividir el mazo, presentar varios proyectos pequeños, para que avancen con su propio ritmo.Incluso hay varios proyectos, menos ambiciosos, que no eliminarían el déficit, pero ayudarían a aliviarlo en parte. Sin embargo, un plan B, cualquiera que sea, sería muy difícil de concebir en el entorno político actual. El alto fraccionamiento de los partidos, las grandes apuestas perdidas de algunos sectores del PAC y del PLN por apoyar el plan fiscal y la cercanía de la próxima campaña electoral, hacen lejana la posibilidad de que se defienda un plan B de impuestos.

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