11 de Abril de 1856. En esta fecha se conmemora el día
en que Juan Santamaría quemó el llamado Mesón de Guerra, acto que permitió a los
costarricenses vencer a los filibusteros de William Walker y quedarse con la
ciudad de Rivas en su poder.
Se conoce con el nombre de Batalla de Rivas a dos batallas que
se sucedieron durante la Guerra de 1856, conocida en Costa Rica como "Campaña
Nacional", entre las fuerzas del ejército de Costa Rica, dirigidas personalmente
por el Presidente Juan Rafael Mora Porras, y el ejército filibustero
estadounidense dirigido por William Walker, en la ciudad de Rivas,
Nicaragua.
La primera Batalla de Rivas, la más conocida
históricamente, ocurrió el 11 de abril de 1856. Posterior a la Batalla de Santa Rosa y a la cabeza del
presidente Juan Rafael Mora,
partió la tropa hacia Rivas con 25.000 hombres. En su paso hacia Rivas tomó el
puerto de San Juan del Sur en el Pacífico y el de la Virgen en el Lago de
Nicaragua. El 8 de abril, Mora y sus hombres llegaron a Rivas donde el Jefe del
batallón de defensa Byron Cole decidió retirarse. William Walker ataca el
cuartel del estado mayor de nuestro ejército, pero José María Rojas y Francisco
Rodríguez intervinieron valientemente para rechazar el ataque.
En horas de la mañana del 11 de abril de 1856 nuestros
compatriotas fueron sorprendidos por el batallón enemigo. Esto provocó,
confusión y desorientación de nuestros conciudadanos, pero se inició el
contraataque con mucha valentía. La mayor parte de las fuerzas enemigas se
concentró en una casona de huéspedes llamada Mesón propiedad de Francisco
Guerra. Bien colocados en el Mesón, a los filibusteros les resultaba muy fácil
controlar la situación, dando la señal de alerta con disparos en nuestra
contra.
La batalla se prolongó por muchas horas, con abundantes bajas
en ambos bandos. 500 bajas costarricenses y de 200 a 250 en el ejército
filibustero, según narra Iván Molina en su libro "La Campaña Nacional
1856-1857".
Según Jerónimo Pérez, el combate se trabó de una manera
horrible y desventajosa para los de Costa Rica, porque se lanzaron a pecho
descubierto, a desalojar a los contrarios de la casa que ocupaban, desde cuyos
techos hacían estragos en ellos. Pero, fue más fuerte el heroísmo y el valor de
nuestros oficiales y soldados, que fueron motivados por el propio presidente
Juan Rafael Mora Porras en persona.
Con toda esta motivación los costarricenses
tomaron la ofensiva y en pleno combate el General Cañas exclamó: "¡Muchachos,
¿No habría entre tantos valientes alguno que quiera arriesgar la vida,
incendiando el Mesón para salvar a los compatriotas?". El soldado Juan Santamaría contestó en el acto: "Yo iré: pero les encargo
a mi madre". De inmediato se le improvisa una tea, partió a la carrera y la
aplicó al alero suroeste del Mesón, fue herido en el brazo derecho, pero siempre
tuvo oportunidad de quemar el mesón, cayó en tierra mirando al cielo, con el
convencimiento de que su obra habia sido consumada.
Fue así como los filibusteros no lograron su objetivo y huyeron
del mesón. Posterior a la toma de la ciudad, el ejército costarricense tenía
planeado asegurar primero el control sobre Rivas y los puertos de La Virgen y
San Juan del Sur y, posteriormente, atacar Granada. Sin embargo, estos planes se
frustraron por la llegada de una epidemia de cólera, que obligaría a regresar a
Costa Rica, donde la enfermedad se cobró cerca de 10.000 víctimas (casi el 10%
de la población del país en esa época). Mora y su hermano José Joaquín dejaron a
José María Cañas al mando de las tropas costarricenses. La Campaña sería
suspendida hasta el año siguiente, cuando se reanuda con la Campaña de la Vía
del Tránsito, que tiene como objetivo el corte de suministros a los filibusteros
a través del Río San Juan, fronterizo entre los dos países, y que a la postre
determinaría el triunfo definitivo de los centroamericanos sobre los
invasores.
Francisca (Pancha) Carrasco.
Durante la batalla de Rivas se destacó una mujer llamada Francisca Carrasco,
conocida como Pancha Carrasco. Ella tomó el fusil, ayudó a rescatar el cañón
costarricense y sirvió al presidente Mora. Lo hizo porque sabía leer y escribir,
algo que era poco frecuente entre las mujeres de la época. Primero colaboró como
secretaria y después como mujer soldado en Rivas e, incluso, defendió al
presidente cuando los filibusteros quisieron tomar como prisioneros a los
nacionales. Por su valor, Carrasco recibió una medalla y cuando murió se le
rindieron honores de general.
Segunda Batalla de Rivas
En la segunda batalla de Rivas, que se efectuó el 11 de abril
de 1857, las fuerzas combinadas de los cinco países centroamericanos, dirigidas
por el General costarricense José Joaquín Mora Porras, intentaron apoderarse de
la ciudad, donde se encontraban las tropas filibusteras, encabezadas
personalmente por Walker. Después de cuatro horas de combate, las fuerzas
centroamericanas tuvieron que retroceder con un gran número de bajas, ante el
nutrido fuego de los filibusteros.
A pesar de que constituyó una victoria filibustera, la segunda
batalla de Rivas fue el último combate importante de la campaña, ya que el 10 de
mayo de 1857 Walker se rindió ante el capitán norteamericano Charles Davis, cuyo
buque Saint Mary's se hallaba anclado en San Juan del Sur. El General
Mora aceptó la capitulación, y Walker abandonó el territorio
centroamericano.
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