"Nos satisfacen las estrechas relaciones entre la Santa Sede y Cuba, que se han desarrollado sin interrupción durante setenta y seis años, siempre basadas en el respeto mutuo y en la coincidencia en asuntos vitales para la Humanidad, dijo Raúl Castro.
También destacó que la Constitución cubana garantiza "plena libertad religiosa" a todos los ciudadanos, en una alocución donde aprovechó para denunciar el bloqueo de Estados Unidos contra la isla.
En tanto, El papa Benedicto XVI cree que "todavía quedan muchos aspectos" en los que debe avanzar la relación entre la Iglesia católica y el Estado de Cuba y aseguró que lleva en su corazón "las justas aspiraciones y legítimos deseos" de "todos los cubanos, dondequiera que se encuentren".
En el acto de bienvenida en el aeropuerto de Santiago y tras la intervención del presidente Raúl Castro, el pontífice aseguró que en su visita a la isla pedirá a la Virgen de la Caridad, patrona del país, que guíe los destinos de Cuba "por los caminos de la justicia, la paz, la libertad y la reconciliación".
"Vengo a Cuba como peregrino de la caridad para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza", señaló Joseph Ratzinger.
Raúl Castro señaló que "la potencia más poderosa que ha conocido la Historia ha intentado despojarnos, infructuosamente, del derecho a la libertad, a la paz y a la justicia. (...) El pueblo cubano ha hecho tenaz resistencia, sabiendo que ejercemos también un derecho legítimo cuando seguimos nuestro propio camino", recalcó.
Defendió que pese a todo, Cuba ha seguido "cambiando todo lo que deba ser cambiado, conforme a las más altas aspiraciones del pueblo cubano y con la libre participación de este en las decisiones trascendentales de nuestra sociedad".
No olvidó en su discurso ante el Papa citar a su hermano Fidel -retirado del poder desde 2006- para advertir sobre los peligros que amenazan a la especie humana.
"Hay crecientes amenazas a la paz y la existencia de enormes arsenales nucleares es otro grave peligro para el ser humano. El agua o los alimentos serán, después de los hidrocarburos, la causa de las próximas guerras de despojo. Con los recursos que se dedican a producir mortíferas armas, podría eliminarse la pobreza", dijo el presidente cubano.
Habló ante Benedicto XVI de la crisis internacional que a su juicio es sistémica y con una dimensión moral donde "prevalece la falta de conexión entre los Gobiernos y los ciudadanos a los que dicen servir".
"La corrupción de la política y la falta de verdadera democracia son males de nuestro tiempo", señaló Castro.
El papa Benedicto añadió: "todavía quedan muchos aspectos en los que se puede y debe avanzar, especialmente por cuanto se refiere a la aportación imprescindible que la religión está llamada a desempeñar en el ámbito público de la sociedad".
El pontífice dijo que lleva en su corazón "las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, dondequiera que se encuentren" y de modo especial "de los jóvenes y los ancianos, de los adolescentes y los niños, de los enfermos y los trabajadores, de los presos y sus familiares, así como de los pobres y necesitados".
"Ruego al Señor que bendiga copiosamente a esta tierra y a sus hijos, en particular a los que se sienten desfavorecidos, a los marginados y a cuantos sufren en el cuerpo o en el espíritu, al mismo tiempo que, por intercesión de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, conceda a todos un futuro lleno de esperanza, solidaridad y concordia", concluyó Benedicto XVI.
La Habana/EFE
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