Felicidad y sostenibilidad
¿Cartas de navegación para la felicidad y sostenibilidad? Apostemos e invirtamos en la familia. Es decir, en educación, salud, economía política y cultura.
Podríamos hallar una semblanza entre los padres de familia y los arcos que son necesarios para impulsar las flechas, imagen de los hijos.
El arco confiere a la flecha fuerza y dirección. Un arte de tensar, proyectar y dirigir con acierto. La fuerza de ese arco, forjador de personas, parte de la calidad de un amor que tiene que ser responsable. Tiene que hacerse presente. ¿Dónde están los arcos que dirigen las flechas? ¿Dónde están los padres y madres, los verdaderos agentes de transformación para la sostenibilidad? ¿Sostenemos, apoyamos y dirigimos nuestras flechas?
Ante una crisis educativa que se detona muchas veces desde los hogares, más que escuderos necesitamos buenos arqueros que bajen sus brazos con determinación para elevar la trayectoria. Que posean un buen ángulo de visión para que tengan mayor ángulo de tiro.
La felicidad no es sinónimo de placer. El placer es volátil. Es un bien inmueble. ¿Qué nos entrega felicidad, felicidad sostenible? Tal vez una buena dosis de humanidad.
La familia es una estructura humanizadora. Las familias no son perfectas pero sí necesarias. ¿Familias funcionales? ¡Qué arrogancia! Sí existimos familias que luchamos todos los días. Nos caemos y nos levantamos. Como los buenos deportistas y emprendedores. Con todo tipo de lesiones, seguimos adelante.
Necesitamos un buen sistema inmunológico: amor, aceptación, convicciones, valores y nortes. Necesitamos tierra fértil que nutra para poder crecer. Necesitamos escuelas de confianza y autoestima. Núcleos de fuerza que comprendan, perdonen y acepten ante tantos cálculos que hoy en día nos estremecen. Regazos que acojan, reciban y esperen. No solo los de las madres. Ambitos de encuentro, diálogo y de miradas. Escuelas de intimidad. No solo sexual.
En el 48 optamos por no tener ejército. Sí muchas escuelas y universidades. ¿Qué está pasando? ¿Por qué la deserción, la violencia y la inseguridad ciudadana? ¿Cuáles son sus detonantes? ¿Profesores? ¿Infraestructura? ¿Presupuesto? Nos habremos preguntado: ¿Dónde están los padres de familia? Muchos ausentes. Sin padres no hay educación. Tenemos un sistema social que es un ejemplo para el mundo. Salud para todos. ¿Qué ha fallado? Quizás las manos que administran.
El hogar es una cátedra de economía: de consumo, gasto y ahorro. De justicia. Y de honradez muchas veces.
Energía: Costa Rica tiene una sólida y envidiable autonomía energética. Exportémosla. No dejemos que los corruptos vendan su propia sangre.
Ante tanto cinismo e ironía, hace falta trabajo. Compromiso y presencia.
Es muy fácil criticar. Es difícil estar en la proa, dirigir en la quilla, donde el viento arrecia y vemos venir la batalla, llevando el peso muchas veces en soledad. Así se hacen los verdaderos hombres y las verdaderas mujeres. Somos un país feliz y sostenible. Demostrémoslo con obras.
Helena María Fonseca
Administradora de empresas´, hf@eecr.net
¿Cartas de navegación para la felicidad y sostenibilidad? Apostemos e invirtamos en la familia. Es decir, en educación, salud, economía política y cultura.
Podríamos hallar una semblanza entre los padres de familia y los arcos que son necesarios para impulsar las flechas, imagen de los hijos.
El arco confiere a la flecha fuerza y dirección. Un arte de tensar, proyectar y dirigir con acierto. La fuerza de ese arco, forjador de personas, parte de la calidad de un amor que tiene que ser responsable. Tiene que hacerse presente. ¿Dónde están los arcos que dirigen las flechas? ¿Dónde están los padres y madres, los verdaderos agentes de transformación para la sostenibilidad? ¿Sostenemos, apoyamos y dirigimos nuestras flechas?
Ante una crisis educativa que se detona muchas veces desde los hogares, más que escuderos necesitamos buenos arqueros que bajen sus brazos con determinación para elevar la trayectoria. Que posean un buen ángulo de visión para que tengan mayor ángulo de tiro.
La felicidad no es sinónimo de placer. El placer es volátil. Es un bien inmueble. ¿Qué nos entrega felicidad, felicidad sostenible? Tal vez una buena dosis de humanidad.
La familia es una estructura humanizadora. Las familias no son perfectas pero sí necesarias. ¿Familias funcionales? ¡Qué arrogancia! Sí existimos familias que luchamos todos los días. Nos caemos y nos levantamos. Como los buenos deportistas y emprendedores. Con todo tipo de lesiones, seguimos adelante.
Necesitamos un buen sistema inmunológico: amor, aceptación, convicciones, valores y nortes. Necesitamos tierra fértil que nutra para poder crecer. Necesitamos escuelas de confianza y autoestima. Núcleos de fuerza que comprendan, perdonen y acepten ante tantos cálculos que hoy en día nos estremecen. Regazos que acojan, reciban y esperen. No solo los de las madres. Ambitos de encuentro, diálogo y de miradas. Escuelas de intimidad. No solo sexual.
En el 48 optamos por no tener ejército. Sí muchas escuelas y universidades. ¿Qué está pasando? ¿Por qué la deserción, la violencia y la inseguridad ciudadana? ¿Cuáles son sus detonantes? ¿Profesores? ¿Infraestructura? ¿Presupuesto? Nos habremos preguntado: ¿Dónde están los padres de familia? Muchos ausentes. Sin padres no hay educación. Tenemos un sistema social que es un ejemplo para el mundo. Salud para todos. ¿Qué ha fallado? Quizás las manos que administran.
El hogar es una cátedra de economía: de consumo, gasto y ahorro. De justicia. Y de honradez muchas veces.
Energía: Costa Rica tiene una sólida y envidiable autonomía energética. Exportémosla. No dejemos que los corruptos vendan su propia sangre.
Ante tanto cinismo e ironía, hace falta trabajo. Compromiso y presencia.
Es muy fácil criticar. Es difícil estar en la proa, dirigir en la quilla, donde el viento arrecia y vemos venir la batalla, llevando el peso muchas veces en soledad. Así se hacen los verdaderos hombres y las verdaderas mujeres. Somos un país feliz y sostenible. Demostrémoslo con obras.
Helena María Fonseca
Administradora de empresas´, hf@eecr.net
La felicidad futura del desarrollo
No hay comentarios:
Publicar un comentario